¡Gracias Néstor! ¡Fuerza Cristina! Fueron las frases más escuchadas en esa impresionante muestra de dolor en la Plaza de Mayo y en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos donde se brindó el último adios al ex presidente.
“Gracias Néstor” por habernos sacado de la noche, de la desesperanza, de la injusticia social, de la dependencia económica y de la dominación política-económica del FMI y sus cipayos.
Néstor Kirchner comenzó su presidencia en mayo de 2003 con más desocupados que votos propios, pero apostó fuerte: “no pienso dejar mis ideales en las puertas de la Casa Rosada”…y no los dejó…los metió con toda su fuerza y convicción. Salió del Congreso el día que asumió y se zambulló entre la gente que días antes pedía “que se vayan todos”, solo les pidió ayuda y paciencia y el pueblo dio otra prueba de fe más…y no se equivocó.
Si hay alguien agradecido a Néstor Kirchner son las Organizaciones de la Comunidad, las ONGs, que evitaron a fines de 2001 un desborde social en los barrios, un enfrentamiento entre pobres, ellas fueron el dique de contención de tantas necesidades; para cerrar tantas heridas abiertas en las horas aciagas de la década infame de los 90’ y durante 2001 y 2002, épocas donde los trabajadores no podían llevar el pan para sus familias, cuando asistíamos a la huída en helicóptero de la Casa de Gobierno de un presidente incapaz y cobarde, dejando un tendal de 30 argentinos asesinados por sus fuerzas policiales.
Y fue Néstor Kirchner, junto a su Vicepresidente Daniel Scioli, quien creo más de 4,5 millones de puestos de trabajo, reabrió las paritarias, facilitó la jubilación de más de dos millones y medio de argentinos, rompió con la vergonzosa política de más de doce años sin aumentos a los jubilados, redujo la deuda externa en màs del 70%, puso en el banquillo de la justicia a los asesinos de miles de trabajadores, estudiantes, profesionales… a esos asesinos que sus antecesores habían perdonado con la más inexplicable impunidad.
Otro grito inundó la Plaza
“Fuerza Cristina” fue el grito unánime de la multitud, de quienes entraron al Salón de los Patriotas Latinoamericanos. Fue un grito de consuelo personal a la Presidenta, para poder sobrellevar la ausencia del compañero de toda su vida; para apoyarse en sus hijos y afectos; para soportar el embate de los gorilas, de los traidores y del periodismo vendido por cuatro monedas; de los conversos interesados más en sus egos que en la Patria; de los grupos de medios que se esmeran día a día en bajarle la moral al pueblo argentino; de los empresarios que ganaron en estos años más plata que nunca, pero se niegan a repartir un ápice de sus ganancias con los trabajadores; y de otros tantos malditos, que hoy festejan la muerte de Néstor Kirchner como festejaron sus antecesores la desaparición de Evita en 1952.
Hoy más que nunca y con toda nuestra fuerza, apoyamos a la Compañera Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner en su dolor; pero sabemos de su voluntad inquebrantable de seguir al frente de este Proyecto Nacional y Popular, al cual adherimos fervientemente.
El miércoles 27 de octubre de 2010 nos dejó un líder, un padre, un esposo y un presidente que no tuvo miedo de cambiar el destino.
Pese a la enorme tristeza que se vivió en la histórica Plaza de Mayo del 17 de octubre, se escucharon miles de palabras de aliento, simples pero contundentes y se multiplicaron durante toda la jornada dentro de la Casa Rosada: “Fuerza Cristina”, “No aflojes”, “Hasta la victoria”, “Gracias”, “Ni un paso atrás, “No estas sola”... y no está sola… porque los jóvenes hoy están con ganas de luchar, de pensar y no dejarse abatir. Esos jóvenes que fueron callados años atrás, hoy son fuertes y tienen memoria. Néstor Kirchner permitió que esto sucediera y así continuará.
Desde la Dirección Provincial de Relaciones con la Comunidad, nos hacemos eco de la generosidad de nuestro Compañero Gobernador para, a través de él y su gestión, estrechar los lazos más fuertes con nuestra Presidenta Cristina, lazos que estarán sostenidos muy firmemente desde el cielo por el General Perón, por la Compañera Evita y por alguien que también se jugó por su pueblo: el compañero Néstor Kirchner.
Cristian Amador, Hugo Mettino y Raimundo Marmori